martes, 3 de abril de 2007

Una peli en décimas de segundo

IBM promete que con su nueva tecnología las tasas de transferencia de datos podrán alcanzar los 160 Gigabits por segundo. Esto es, una peli, en alta definición, se podría transferir de un dispositivo a otro en cuestión de décimas de segundo. Para más referencia, una red de 1Gbps ya va como una moto, así que a 160Gbps puede ser... la leche.

Esta maravilla se basa en utilizar la tecnología actual acoplada a la óptica (láser, por ejemplo) mediante unos transceptores preciosísimos de indio y arseniuro de galio, tan grandes como 3.25 x 5.25 mm.

En cuanto a su aplicación en los trastos que nos rodean, por un lado está el rendimiento de un trasto en sí mismo. Es decir, si se aplica esta tecnología a las tripas de los ordenadores y otros dispositivos basados en microchips, los susodichos cacharros irán como un tiro, estrechando la distancia que existe entre los "latidos" de la unidad central de proceso y el resto del sistema (p.ej. la memoria o el canal de comunicaciones).

Por otro lado está el rendimiento de los componentes de comunicaciones, es decir, las redes (switches, routers). Si se traansmite más rápido, se navega más rápido.
Moraleja: se descarga más rápido en un equipo más rápido. A lo mejor deja de merecer la pena descargarse cosas si se ponen a disposición del respetable a precios respetables.

En Sun microsystems dicen que la red es el ordenador "the network is the computer", y que su estrategia pasa por conectar a todos con todos y con todo y a todo entre sí.

Mientras tanto, en Intel andan preocupados por el mercado de mil millones de gentes que se les está abriendo: el PC para clase.

Y los menos poderosos ¿qué piensan de esto?

Más aún, y como decía el anuncio, y Franco de todo esto ¿qué dice? Pues él con su régimen, claro. Los que no se enteran son los de ahora, los de la crispación. Si supieran que con la nueva tecnología de IBM podrían crisparse en cuestión de micrones, se pondrían a trabajar en modos y maneras aún más pestosos de hacer el gilipollas. Para muestra un botón: un eurodiputado haciendo el ridículo en su propio pueblo.

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